lunes, 13 de octubre de 2008

Todos no somos iguales

Cuando tenemos un enfermo de alzheimer poseemos una visión mayor del funcionamiento de cualquier servicio público o privado, bien sea un restaurante, un comercio, un organismo oficial, un hospital, etc. Me da igual, relativamente, que en un restaurante no sepan tratar con personas con alzheimer, o que en una tienda tampoco. Lo que no me da igual es que en un centro de salud o en un hospital no lo sepan. Un enfermo de alzheimer no recuerda, no actúa con lógica, sin embargo cada día vemos y padecemos un trato similar al resto de pacientes de cualquier hospital. Llega a ser indignante el que personas preparadas, profesionales de la medicina, enfermeros/as, auxiliares, incluso médicos de otras especialidades caigan en este error e incluso se molesten cuando se les advierta de la enfermedad añadida con la que tratan. No podemos ni debemos sentirnos mal por defender nuestra postura ante personas, que desde una posición de conocimiento, lo hacen mal.

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